Acámbaro, Gto., domingo 12 de marzo del 2023. Por primera vez desde mediados del siglo pasado, un puma fue ubicado en la Sierra de los Agustinos en la zona sur del Estado, en Acámbaro para ser más precisos.
Óscar Alejandro Morales, jefe de Flora y Fauna del municipio de Acámbaro, explicó que los avistamientos de puma son un indicador de que el ecosistema del área natural protegida Sierra de Los Agustinos, se encuentra en buen estado de preservación, ya que el león de la montaña como también se le conoce a los pumas, puede encontrar mayor diversidad de presas, como su favorita: el venado cola blanca.
Los primeros registros se dieron a conocer en diciembre de 2016, cuando Óscar Alejandro y los guardabosques, los hermanos Gilberto y Cristóbal Ruíz Parra, encontraron huellas por uno de los senderos por lo que cruzaban: “huellas de un felino grande”.
Los guardabosques realizaron un monitoreo exhausto para encontrar el ejemplar de puma, descubrieron huellas y pelaje de tonalidad café pardo atorado en un alambre de púas que dividía unas parcelas, así se comprobó la existencia de uno de los felinos más grandes de México en la Sierra de los Agustinos.
El experto en fauna silvestre, Raúl Hernández Arciga relató que, en el año de 1958, un domingo18 de mayo, un puma fue cazado a 15 kilómetros al norte del municipio de Acámbaro, los restos del ejemplar forman parte del catálogo del Museo de Historia Natural de la Universidad de Minnesota en donde sigue en catálogo.
“Existe otro antecedente de un puma muerto en la época de los cristeros en la misma región (1928), en ese caso la referencia habla de la Sierra de los Agustinos”.
El león de la montaña, ingenieros del paisaje
“Los grandes depredadores, entre ellos los pumas son considerados científicamente como ‘ingenieros del paisaje’, porque mantienen un equilibrio, entre las poblaciones de sus presas y el ecosistema. Al controlar el número de herbívoros, mejoran indirectamente la dispersión, composición y estructura de bosques y matorrales” explicó Hernández Arciga.
Raúl Hernández precisó que, en un ecosistema sin depredadores, los venados serían tan abundantes que necesitarían comer hasta los retoños de arbustos y corteza de los árboles, provocando enfermedades en el bosque y perdida del suelo por erosión.
El león de la montaña, cumple una función, como todos los animales de la naturaleza, y sobre todo en las áreas naturales protegidas de Guanajuato: “La presencia del puma como su principal depredador, permite mantener a ese bosque en una adecuada armonía para todas las especies vegetales y animales”.
El león de la montaña persiste, pues todavía encuentra condiciones para su supervivencia en las áreas naturales protegidas del estado de Guanajuato, pese a los cazadores, ranchos, campos de golf, fraccionamientos y hoteles boutique construidos en zonas de preservación.
El puma es una especie clave, ya que estudios realizados en Canadá y Estados Unidos han determinado que el llamado león de la montaña influye en otros animales, pues los cadáveres cazados sirven de alimento para otras especies que no puede cazar, incluso para los insectos, pues dejan sus huevecillos en la carne putrefacta.
Los avistamientos de puma, de acuerdo a información de Raúl Hernández Arciga se han descubierto en importantes zonas serranas, como Sierra de Lobos, Cuatralba, Sierra de los Agustinos, Sierra de Guanajuato y Sierra Gorda.
“Es muy importante puntualizar que, si esos ejemplares deciden pasar temporalmente por el sur de Guanajuato es porque encuentran el estado de conservación necesario para sobrevivir, gracias a los esfuerzos de más de 25 años por conservar las áreas naturales protegidas de todo Guanajuato en general, y de la Sierra de los Agustinos, el Culiacán y la Gavia, y Cerro de los Amoles en particular” explicó el biólogo y naturalista Raúl Hernández.
El registro más reciente de Puma concolor lo realizó el guardabosque de la Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial (Smaot) Moisés Ruíz Arreola en el año 2020.
El león de la montaña o puma cruza por Guanajuato cumpliendo una importante función en los ecosistemas, pero no ha retornado su gran competidor, el otro gran depredador de México, que habitó los bosques del estado: El lobo mexicano (canis lupus baileyi).
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