La pandemia del coronavirus ha provocado en Guanajuato una sobreoferta en la de carne de cerdo donde el kilo ha disminuido su valor para los productores de carne, pero esto no se ve reflejado en el consumidor final debido a que los comercializadores o carniceros mantienen los precios de consumo que existían antes del inicio de la contingencia sanitaria.
José Gutiérrez Michell, Secretario de Desarrollo Agroalimentario y Rural en el Estado, explicó que debido a la suspensión de actividades como el turismo, eventos, convenciones, las limitaciones para el funcionamiento de los restaurantes y el incremento en el desempleo, ha provocado una reducción de un 30 por ciento en el consumo de carne de cerdo.
“Hemos visto una disminución en el consumo de la carne de cerdo por la contingencia del coronavirus, el cual ha provocado el cierre de restaurantes, turismo, hoteles y eventos que eran consumidores de carne de cerdo y aunado al problema económico donde mucha gente se queda sin trabajo y disminuye su poder adquisitivo. Esto ha provocado una disminución en el consumo de alrededor del 30 por ciento.
“Esto afecta que empiece a acumularse el inventario de cerdo vivo y no pueden estar en las granjas porque hay una cadena en donde los cerdos más pequeños van entrando a esa cadena. No se puede mantener a los cerdos más grandes por mucho tiempo, se tienen que ir al abasto y las grandes productoras de cerdo empiezan a sobre ofertar cerdo en el mercado, lo cual ha provocado una disminución en el precio pagado al productor”, mencionó el secretario.
Esto significa que antes de la contingencia sanitaria, el productor vendía en 27 pesos por kilo el cerdo en engorda, es decir, antes de llevarlo al rastro para obtener los diferentes cortes de carne. Ahora el costo apenas llega a los 21 pesos o menos por kilo, lo que genera una pérdida al productor al vender por debajo del costo de producción que oscila en los 25 pesos.
Una solución para reactivar un poco la cadena de producción de carne de cerdo, podría ser el que los comercializadores o carniceros bajasen también el precio del kilo de carne en proporción a la compra del cerdo a los productores. Así habría la posibilidad de tener carne a bajo costo para el consumidor final, ventas considerables para los comercializadores y precio un poco más elevado para los productores porcícolas.
“Eso sería lo óptimo, que al final el productor se ve afectado pero si esto se tradujera en un beneficio al ama de casa, entonces podría decidir en comprar carne de cerdo más barata y eso jalaría el precio pagado al productor y reactivar el volumen. Los productores dicen que si le bajan al precio en la carnicería eso provocaría un mayor consumo”, mencionó el titular de SDAYR.
El precio por kilo de carne varía de acuerdo a las zonas del Estado, pero en todos coinciden que es más elevado el precio que se ofrece al consumidor final en comparación con la compra del animal en pie al productor.
Otra de las estrategias que se buscan para fomentar el consumo de carne de cerdo nacional y apoyar a la cadena productiva del ganado porcino, es el que México cierre su frontera de manera temporal a la importación de carne de cerdo desde Estados Unidos.
Es decir, antes de la pandemia en México había un déficit en la producción de carne de cerdo nacional para abastecer al mercado, pero con la suspensión de actividades no esenciales y el incremento del desempleo, el consumo ha caído y ya no es necesaria la importación de este producto.
Por ello, también se ha acompañado a los productores de cerdo del Estado para hacer gestiones con el gobierno federal y frenar de manera temporal las importaciones de carne de cerdo, aunque hasta el momento no ha habido mayor respuesta al planteamiento.