Celaya, Gto., viernes 28 de abril del 2023. Rematado en 92 millones de dólares para cumplir una promesa – berrinche de campaña, este viernes el Boeing 787 TP01 “avión presidencial”, despegó por última vez del aeropuerto de la Ciudad de México para hacerlo llegar a sus nuevos dueños, el gobierno de Tayikistán.
El avión despegó a las 4:18 de la tarde, ya incluso sin la mitad del Escudo Nacional en el alerón trasero.
No vuela directo al otro lado del mundo. Voló a Tucson, Arizona, en donde será despintado y adecuado para el presidente que sí le dará uso.
El avión tuvo un costo superior a los 200 millones de dólares, pero fue rematado en 92 millones para poderlo vender. Aún así el gobierno federal dice que “habrá ganancias” y se construirán dos hospitales en Oaxaca y Chiapas.
En 2018 durante la campaña por la presidencia, el entonces candidato López Obrador inventó el argumento de que “no lo tiene ni Obama”, y fue su eslogan para asegurar que era un avión muy lujoso que ni siquiera lo tenían en EU. Nada más falso, pues el Air Force One, el avión presidencial de Estados Unidos, cuesta mil 500 millones de dólares cada uno (allá son dos) y cuenta con oficina privada para el presidente, recámara con baño completo, sala de juntas, comedor, dos cocinas y sistemas de defensa en caso de ataque aéreo.
Ya como presidente y ante la imposibilidad de venderlo a su precio real, el gobierno lo rifó, intentó rentarlo y finalmente lo malbarató.
