Este 24 de febrero, Día de la Bandera, vale la pena recordar el primer símbolo patrio que tuvo nuestro país y que se remonta al primer día del inicio de la guerra de Independencia, aquélla mañana del 16 de septiembre de 1810.
En libros de texto durante la educación primaria siempre se ha mencionado que la primera bandera de México es el estandarte de la Virgen de Guadalupe que tomó Hidalgo en el pueblo de Atotonlico, pero no es la imagen que siempre hemos conocido: aquélla con la imagen de la Virgen al centro, y en los costados el nombre de “Nuestra Señora de Guadalupe” en un lienzo con dos puntas inferiores en cada uno de los lados.
El verdadero estandarte de la Virgen de Guadalupe es una pintura al óleo réplica de la morena del Tepeyac, pintada en 1805 por el artista novohispano Andrés López. Esta imagen se encuentra actualmente en el Museo Nacional de Historia de México en el Castillo de Chapultepec.
Aquélla mañana del 16 de septiembre de 1810 y después de haber realizado la arenga en la iglesia de Dolores, el cura Miguel Hidalgo se trasladó junto a Ignacio Allende y Juan Aldama a San Miguel el Grande. En el camino se detuvieron en el pueblo de Atotonilco para sostener una reunión en la capilla de Jesús Nazareno.
La reunión se prolongó durante varios minutos y afuera la gente comenzó a impacientarse. Tras varios minutos de espera, Hidalgo y sus generales salieron para continuar la marcha, pero antes, entre ellos empezaron a discutir sobre qué insignia deberían utilizar al frente del grupo para enarbolar la causa.
En el contingente ya llevaban las Banderas Gemelas de Allende, pero algunos se oponían a que éstas fuesen utilizadas para este fin. De repente, uno de los hombres que iba en el contingente ingresó a la capilla, arrancó una imagen de la Virgen de Guadalupe, la amarró a unos palos y la entregó a Hidalgo para que guiara al grupo.
Miguel Hidalgo no estuvo de acuerdo en la forma como se hizo del estandarte, pero tampoco intentó regresarlo al ver el efecto enardecido de la gente cuando notó la presencia de la imagen sin adornos de la Virgen de Guadalupe. Así, Hidalgo llegó al frente del grupo y pasó la imagen a uno de sus hombres para que los guiase en el camino que acababan de iniciar.
De la imagen que se ha difundido de manera errónea como “el estandarte de Hidalgo”, en realidad es una imagen que el contingente ya llevaba en medio desde que salieron de Dolores, pero no encabezaba el grupo y tampoco Hidalgo llegó a portarla. Por ello en el Museo Nacional de Historia de México se considera a la imagen rectangular de la Virgen de Guadalupe como el primer estandarte enarbolado por el cura Hidalgo y en consecuencia la primera Bandera de México.
