28/06/2024

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La insuficiencia renal… a los 12 años de edad

Celaya, Guanajuato, a 17 de junio de 2020.- La llegada de la pandemia del coronavirus obligó a la población al usos de cubrebocas para prevenir contagios. Para muchos podría resultar incómodo, pero para Bryan ‘N’ de apenas 12 años el usarlo se ha vuelto una costumbre desde hace 4 años cuando se le diagnosticó insuficiencia renal.

En enero de 2016 a sólo meses de haber cumplido ocho años, y mientras cursaba el tercer grado de primaria, Bryan comenzó a presentar un malestar general acompañado de falta de aire, desorientación, dolor de cabeza, náuseas, debilidad y fatiga, mismos que poco a poco lo obligaron a ausentarse del plantel escolar.

Él es el menor de 7 hermanos de una familia en condición vulnerable. Las primeras valoraciones médicas se realizaron en un consultorio de una farmacia cercana a su domicilio, donde el diagnóstico que obtuvieron fue una infección en las vías urinarias.  El  tratamiento no logró que el pequeño mejorara, por lo que con el paso de los días su condición se agravó y tuvo que ser internado en un hospital.

Varios exámenes y análisis realizados a lo largo de un mes revelaron que los riñones de Bryan no se habían desarrollado, por lo que se inició un nuevo tratamiento. Sin embargo, su cuerpo lo rechazó y ahí se tomó la determinación de integrarlo al padrón de personas en espera de un trasplante e iniciar el proceso de diálisis de manera periódica.

La enfermedad y el cambio de vida tan repentina sumió a Bryan en una profunda depresión. La mayor parte del día prefería dormir a entablar el diálogo con sus familiares o amigos porque sabía que el mundo tal y como lo conocía había acabado, estaba consciente de que los juegos de pelota, saltar y correr con sus hermanos, acudir a clases con sus compañeros, o simplemente probar algún alimento o bebida que no se encontrara dentro de la estricta dieta que debe de llevar, habían quedado atrás.

Apenas a sus ocho años se enfrentaba a un terrible padecimiento.

Por algún tiempo, la vida de Bryan transcurrió entre los cuatro procesos de diálisis que deben realizarle diariamente, medicamento para controlar su hipertensión, y una cama en la que permanecía postrado. Poco a poco su luz se apagaba, lo único seguro es que no podía dejar de utilizar un sólo día el cubrebocas y un par de guantes.

Bryan sentía que no había mayor esperanza y se resignaba a que nunca más podría ser como todos los niños, se resignaba a que, al menos en un futuro próximo no habría motivos para poder sonreír.

El caso, se hizo de conocimiento al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, quien a través  de la Coordinación de Acciones a Favor de la Infancia (CAFI), de inmediato acudió al domicilio del menor con el fin de brindar una atención integral y especializada no sólo a Bryan, sino a la totalidad de los integrantes de su familia.

Gracias al trabajo en materia psicológica que se realizó con el menor, así como a la atención brindada por expertos en la materia, Bryan recobró el deseo de continuar con sus estudios a nivel primaria, por lo que fue integrado a un programa de apoyo donde personal de CAFI, diariamente, acude a su domicilio para brindarle apoyo académico con el fin de que pueda concluir sus estudios a través de INAEBA.

Para él, el apoyo que ha recibido fue vital para poder salir de la depresión por la que atravesaba, así como para poder adquirir conocimientos escenciales que pueden ayudarle en su vida diaria.

Actualmente, se encuentra a la espera de recibir un trasplante. Sin embargo, una vez que concluya la primaria desea continuar con sus estudios, ya que mantiene la ilusión de poder llegar a ser algún día bombero o doctor, para ayudar a personas que se encuentran en peligro, o a niños que presenten algún padecimiento que comprometa su vida.

Para Bryan, cada día representa un nuevo reto, pero sabe que con apoyo, convicción y voluntad de salir adelante, podrá lograr lo que se proponga en la vida, a pesar de las adversidades que se puedan presentar.  

Es una historia DIFerente.