20/04/2025

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Gamesa: las galletas de Celaya a todo México

Celaya, Gto., martes 23 de julio del 2024. La planta Gamesa que se ubica en la Ciudad Industrial en la zona norte de Celaya, y que en ocasiones desprende un agradable olor cuando realiza procesos de horneado, es una de las cinco plantas en el País (Celaya, Monterrey, Mérida, Ciudad Obregón y Ciudad de México) que cada semana abastecen en conjunto 8 mil 500 toneladas de galletas en más de un millón de tiendas en todo el País.

Pero no solo eso, desde 2021 en Celaya establecieron el acuerdo con productores agrícolas del Bajío, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para promover prácticas agrícolas sustentables. En general, esto permite la generación de 40 mil empleos en el sector agroalimentario.

“La historia de Gamesa empieza en el campo mexicano —con los productores de trigo—, se consolida en las plantas y en los centros de distribución, y pasa por más de un millón de tienditas para llegar a las mesas de las familias mexicanas. Estamos a la vanguardia en temas como innovación de horneado y sustentabilidad, pero las personas involucradas en su elaboración son el centro y corazón de esta compañía y sus plantas”, mencionó Roberto Martínez, presidente de PepsiCo Alimentos México, a la cual pertenecen las plantas de Gamesa.

El proceso que se realiza en las más de 50 líneas de producción de la marca comienza con la recepción de las materias primas, a partir de la validación de los ingredientes que se utilizan en la elaboración de las galletas. Posteriormente, las materias primas se almacenan en cuartos, tanques y depósitos para mantenerlas en condiciones óptimas para ser utilizadas. El siguiente paso consiste en el amasado, en el que los ingredientes más sensibles son agregados por los maestros galleteros, mientras que los ingredientes de mayor volumen se añaden automáticamente a las amasadoras.

Cuando el amasado termina, la masa es transportada a unas máquinas que utilizan un sistema automático de rodillos reductores que la laminan hasta alcanzar un grosor aproximado de un milímetro. El paño de masa se corta con moldes y, en ese momento, se imprime la imagen distintiva de cada una de las galletas Gamesa. Antes de que las galletas entren al horno, se les da una delicada capa de brillo lácteo.

Al salir del horno, los maestros galleteros utilizan instrumentos de calidad específicos para checar que las galletas cumplan con las mejores características y así garantizar consistencia en la calidad. Después, las galletas deben enfriarse hasta alcanzar una temperatura adecuada que permita empacarlas. Este proceso se hace con bandas transportadoras que se integran a un sistema automático de guías y que conducen el producto hasta el área de empaque.

Para el empacado se colocan las galletas a manera de rollos, una tras otra, dentro de un empaque que garantiza su frescura. Después se hace una última verificación para garantizar el peso neto y la hermeticidad del empaque, y finalmente se colocan los paquetes individuales dentro de cajas de cartón reciclado que son llevadas a los centros de distribución.

Una pieza clave en la producción de galletas Gamesa son los maestros galleteros, responsables de desarrollar productos y conocer los equipos, las materias primas y las fórmulas, así como de enseñar a los demás cómo mantener la calidad y consistencia en todos los procesos. Esta posición es piedra angular para la compañía, ya que se valora enormemente el conocimiento y la experiencia que dan los años de trabajo. Uno de ellos es Octavio Bustos, maestro galletero internacional de la planta de Vallejo, en Ciudad de México. Ha estado en Gamesa por casi medio siglo: entró a los 27 años como ayudante general y pasó por todos los puestos de producción hasta que, en 1992, fue distinguido como maestro galletero.

“Aunque cada galleta tiene una fórmula definida, se tienen que hacer adecuaciones por los cambios de clima y de acuerdo con cada planta. No es lo mismo fabricar una galleta en Ciudad de México, que está a 2 200 metros de altitud, que en Mérida, que está a nivel del mar”, mencionó don Octavio, maestro galletero internacional.