28/06/2024

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El día que la Reina Isabel de Inglaterra pasó por Celaya

Hace 45 años, el 26 de febrero de 1975, la reina Isabel II de Inglaterra estuvo brevemente en Celaya y para la mayor parte de la población pasó desapercibido.

Atravesó en tren durante la madrugada las zonas que hoy conocemos como la colonia Alameda, las Américas, Santa Anita, Las Fuentes y Zona de Oro durante el viaje que realizó de la Ciudad de México a Guanajuato Capital en la visita que hizo a nuestro País en ese entonces.

Ese día durante la madrugada, el tren presidencial que transportó a la reina británica atravesó Celaya a una velocidad entre 60 y 70 kilómetros por hora, ya que la indicación que tenían los operadores de las máquinas era correr el tren a esa velocidad para viajar de noche desde la Capital del País a Guanajuato y permitir a la reina dormir durante el viaje.

Celaya era paso obligado del tren de pasajeros para este trayecto y el tendido de las vías es el mismo que prevalece en la actualidad.

Del 24 de febrero al primero de marzo de 1975, la reina Isabel II de Inglaterra visitó México junto a su esposo, el príncipe Felipe y tuvieron una serie de actividades durante estos días.

Primero llegaron a Cozumel en Quintana Roo en el yate imperial Britannia, donde una tormenta tropical en ese entonces dificultó la llegada de la embarcación. Al descender, su estancia fue breve porque de ahí se fue al aeropuerto para viajar a la Ciudad de México donde la recibió el entonces presidente Luis Echeverría y su esposa.

Durante el 24 y 25 de febrero tuvo una serie de actividades en la capital del País. Recorrió la ciudad en un coche descubierto, tuvo un recibimiento en el Zócalo, banquetes públicos y privados, una charreada en el lienzo charro de Pedregal de San Ángel.

Por la noche del 25 ofreció una cena al presidente en la embajada británica y al terminar se trasladó a la estación de trenes en Buenavista para abordar el que la llevaría a Guanajuato en un viaje que duraría toda la noche.

El tren salió a las 23:50 horas de la estación. Estaba formado por cuatro vagones presidenciales, dos oficiales, dos comedores, dos dormitorios y tres máquinas diesel. Adelante iba un tren explorador para supervisar el camino y ambos trenes llevaron derecho de vía, es decir, no se detuvo y cualquier otro tren debía esperar el paso del convoy donde iba la reina para continuar su camino.

Durante el recorrido hacia Guanajuato capital, el tren pasó por Tula, San Juan del Río, Querétaro; y al entrar a territorio guanajuatense pasó por Apaseo el Grande, atravesó Celaya, a la orilla de Villagrán, Cortazar, también atravesó Salamanca, Irapuato y en Silao enfiló hacia la capital del Estado.

Al llegar a Guanajuato, la reina hizo un recorrido al monumento al Pípila, visitó la mina de la Valenciana, asistió a la obra “Homenaje” en el Teatro Juárez, basada en los versos de “Suave Patria” de Ramón López Velarde. Estuvo en las escalinatas de la Universidad de Guanajuato, recorrió la calle subterránea Hidalgo, visitó la Alhóndiga de Granaditas, el mercado Hidalgo y el Gobierno del Estado ofreció una comida en su honor en la hacienda San Gabriel de Barrera.

Ahí se sirvieron 900 melones de Uruapan al oporto, pepian, fresas de Zamora (no de Irapuato) con crema y agua de limas de Silao.

Después se trasladó al entonces aeropuerto de León para viajar a Oaxaca, el siguiente destino de su visita a México.